Todas las personas que conocemos y todas las experiencias que vivimos quedan dentro de nuestro sistema. Aprender a ritualizar estas vivencias, le enseñan al cuerpo a que el “imprint” a nivel celular sea con un mensaje muy específico.

¿Qué quiero decir con “un mensaje específico”?
La palabra tiene Poder y tiene la capacidad de “sellar” con energía a la experiencia.

Quiero darte un ejemplo muy particular, para que estemos en la misma frecuencia tú y yo, mientras escribo y cuando tú me leas.

Fíjate en este caso tan simple, donde a través de mi palabra te conecté con el estado Presente: estas palabras “sellan” un formato para que de aquí en adelante me sigas leyendo y te sientas conectada con mi corazón y mi pensamiento en otro grado de empatía.

Esto es exactamente lo que acontece en los rituales.

A veces un ritual no necesariamente tiene elementos, si bien trabajar con ellos siempre fortalece la simbología y el código: desde un sahúmo hasta un cristal, desde una cruz de la vida hasta una vela.. todo eso fortalece, ¡pero en el Poder de la Palabra alineada con la intención y la dirección, el ritual ya ES!

Es por esto que siempre ritualizo la forma en la que empiezo a trabajar, la forma en la que comienzo cada sesión que ofrezco, cada sesión fotográfica, cada aterrizaje en un nuevo país… pues ahí está el “sello” que quedará impregnado en tu memoria celular de manera más consciente y firme.

Hoy quiero invitarte a que recuerdes que en tu Palabra se encuentra el secreto para que lo que deseas, se impregne, selle y cultive dentro de tu cuerpo, mente, corazón y Espíritu.

¡Me encantaría que me cuentes lo que sientes y piensas al respecto en los comentarios, hermosa!
Con amor,
Clara Davaar.