De las cosas que más aprendo en mi trabajo (como servicio), es a lapidar mi diamante cada día más: aprendo a no reaccionar, porque soy testigo de mis propias emociones, aprendo a sostener desde la Presencia los procesos de las Mujeres cuando empiezan a desarmar sus corazas… incluso hasta abrazar lo que puedan proyectar en mi.

Me hace reflexionar mucho cuando veo Mujeres que tienen esencia de líder pero que sienten que están por encima de otras Mujeres… Me cuestiono mucho el por qué y el desde dónde será que necesita sentirse superior, cuando en verdad, nadie es mejor ni peor que nadie y TODAS tenemos un tesoro para ofrecer.

Por supuesto en mi camino me vi enfrentada a este Ego muchas veces y, por mucho tiempo, creí que tenía LA verdad en mis manos… jajaja! Pero abrir los ojos a ver el brillo y la Sabiduría, la inteligencia y la independencia de cada Ser, me hizo ser mucho más libre y desapegada.

El amor no se impone, el amor es incondicional y las Mujeres que vienen trabajando conmigo son testigos que, mientras más se abren y se acercan, más me vuelvo una amiga, una hermana, una compañera del camino.

Lo que hoy quiero ofrecerte es una reflexión para que puedas y podamos afilar siempre nuestra percepción para entender que, quien se pone por encima nuestro, en verdad, no termina de abrir su corazón, pues se está protegiendo.

Ya sea que tu naturaleza sea en el liderazgo o todo lo contrario, te doy mi mano para que siempre aprendamos a estar a la par, respetando los límites y las limitaciones de cada una, respetando la historia de cada una y así, creando unión y la sensación que tanta calma da: sentirnos de par a par.

¡Nueva Era! ¡Allí vamos!

Si lo sientes, te espero en alguno de mis cursos para que puedas profundizar no solo en este concepto, sino también en desarrollar la Presencia desde tu Centro de Poder, lo cual, naturalmente te abre a la vida y a la unión.

¡Gracias por leerme, hermosa! ¡Si sientes compartirme algo, te leo en los comentarios!

Con amor,
Clara Davaar.